¿Has pensado alguna vez que podría haber dos modos de practicar tu instrumento? Por ejemplo, puedes practicar para perfeccionar una pieza o superar una dificultad técnica porque quieres avanzar en tu progreso, o puedes practicar para acabar rápido, es decir, practicar por practicar.
Puedes tocar una escala para que salga perfecta, experimentando el acto de tocar esa escala. O puedes tocarla por tocarla.
Ahora elige un aspecto de tu práctica musical. Quizás te sea útil elegir algo que generalmente te cuesta hacer o que te aburre, como:
- Ejercicios técnicos
- Pasajes difíciles de una pieza
- Leer partituras nuevas
- Ejercicios de afinación
- Improvisar
- Hacer estudios repetitivos
Antes de empezar:
Reflexiona sobre tu instrumento. Observa cómo ha sido fabricado con cuidado y precisión, el propósito con el que fue diseñado, y cómo te ayuda a dar vida a la música que interpretas. Agradece la oportunidad de conectar con él y con el arte musical.
Observa los detalles:
- Siente la textura del instrumento bajo tus dedos. ¿Es cálido, frío, liso, rugoso?
- Nota el peso y el equilibrio al sostenerlo. Del instrumento y de cada uno de sus componentes.
- Escucha atentamente los sonidos que produce, incluso si es solo una nota o un acorde.
Presta atención al proceso físico:
- Nota cómo tus dedos, manos, brazos y cuerpo en general interactúan con el instrumento.
- Siente el contacto con las cuerdas, teclas, llaves, pistones, o distintas superficies.
- Escucha cada nota o frase como si fuera la primera vez que la tocas. Percibe las dinámicas, los matices, y las articulaciones.
Si tu mente se distrae, regresa a las sensaciones físicas del momento: el sonido de la nota o acorde, la presión en los dedos, etc.
Practica lentamente, no con el objetivo de perfeccionar, sino para disfrutar de cada movimiento, cada sonido.
Reflexiona:
- ¿Qué notaste al practicar en cámara lenta y con atención plena?
- ¿Hay aspectos de tu práctica diaria que sueles evitar o en los que no te detienes lo suficiente?
- ¿De qué manera podría este enfoque ayudarte a disfrutar más del proceso y crecer como músico?
- ¿Cómo podría impactar esta forma de practicar a quienes escuchan tu interpretación, ayudándoles a sentir la conexión que has cultivado con tu instrumento?
Recuerda:
Practicar no es solo perfeccionar; también puede ser un acto de descubrimiento y disfrute del presente. Cada instante que pasas con tu instrumento es una oportunidad para conectar con el arte de crear sonido, explorar nuevas formas de expresión y cultivar una relación más íntima con la música. Al practicar con atención plena, puedes transformar incluso los ejercicios más simples en momentos de asombro. En lugar de verlo como un medio para alcanzar un fin, practicar se convierte en un viaje en sí mismo, donde la curiosidad y la presencia en el momento presente reemplazan la prisa y el anhelo de perfección.
Jesús Alcívar