En el episodio de “L’ofici de viure” dedicado a las decepciones, Gaspar Hernández y sus invitados, Antonio Jorge Larruy y Joana Frigolé, exploran el papel de la decepción en la vida cotidiana y su potencial transformador. Lejos de considerarla un simple revés, la decepción se presenta como una oportunidad para revisar creencias, expectativas y patrones de comportamiento.
La decepción, explican, nace de la diferencia entre lo que esperamos y la realidad. Proyectamos ilusiones sobre personas, situaciones o el futuro, y cuando la realidad no responde a ese guion mental, surge la insatisfacción. Sin embargo, este sentimiento no es un enemigo, sino un espejo que nos muestra nuestras creencias obsoletas y la necesidad de revisar lo que esperamos de los demás y de la vida.
Joana Frigolé destaca que cada decepción es una invitación a preguntarnos qué parte de responsabilidad tenemos en lo ocurrido. ¿Hemos sabido pedir, poner límites, expresar necesidades? Muchas veces, los patrones de victimismo, hiperresponsabilidad o evitación de conflicto nos llevan a esperar de los demás lo que no nos atrevemos a pedir o a dar nosotros mismos. Así, la decepción se convierte en una aliada para el crecimiento personal.
Antonio Jorge Larruy, insiste en la importancia de dejar de proyectar y aprender a vivir en el presente. “Cuanto más vivimos en el presente, menos proyectamos y menos nos decepcionamos”, afirma. La clave está en aceptar la incertidumbre y confiar en la vida, en vez de aferrarnos a ideales o imágenes fijas de cómo deberían ser las cosas o las personas. La confianza madura no es fe ciega, sino una actitud de apertura y aceptación ante lo que la vida trae.
El episodio también aborda el duelo que acompaña a la decepción, especialmente cuando implica la pérdida de una relación, un trabajo o una expectativa vital. Aceptar la realidad, vivir el presente y revisar nuestras creencias son pasos fundamentales para transformar la decepción en aprendizaje y serenidad.
En definitiva, se invita a agradecer las decepciones, pues nos ayudan a conocernos mejor, a soltar lo que no nos sirve y a vivir con mayor autenticidad y confianza. Como concluyen los expertos, la vida es un proceso de aprendizaje continuo, y cada decepción es una puerta abierta al autoconocimiento y la plenitud.
Jesús Alcívar